Luego, al segundo piso en la UCI. QuerÃa poder verla todo el tiempo. -Lo siento, cielo. -Ella- gimió desesperadamente, dando sacudidas y temblando. -¿Cómo está todo el mundo? -Cariño, nadie está fuera de tu alcance. Abrió la puerta de cristal y entró. Tal y como esperaba, los hombres se inclinaron ligeramente hacia adelante. -No sabÃa que era una amenaza tan grande para la ciudad. Por eso, no tenÃa ningún sentido que Nika Sokolov le pareciera la mujer más fascinante de todas. Decorará sus brazos durante una velada y calentará sus camas por la noche. Pero, aunque soy una persona horrible, soy tu única salida. -Trabaja aquÃ.- Añadió algo en ruso, probablemente lo mismo. Matvei, voy a hacerte una pregunta, y quiero que me conteste con sinceridad. âSi crees que voy a dejar que entres aquà y acoses a mi padre, Maksim Petrov, ¡estás muy equivocado!â Nika avanzó hasta él con una expresión terrible de enfado y disgusto en su rostro. -No, pero cuando he llegado no estaba cerrada con llave, y las cámaras de seguridad estaban apagadas. ¿Durante cuánto tiempo más tenÃan que seguir asÃ? -Le has dicho a Valeria que no te vas a casar con ella- dijo con voz ronca. Sin sentimientos de por medio. Por alguna razón, el desconocido la sujetó. Por qué todos creen que ya no pasa nada. Erik levantó las manos y se quedó inmóvil. Sus cabellos lisos de color rubio se habÃan aclarado varios tonos. Colocó su mano con cuidado sobre su rodilla flexionada y la envolvió tirante. Era como si su hermana hiciera todo lo posible por arruinarlo todo. ¿Qué estudió ella? Pero querÃa dar placer a su Nika. Algunos de los clientes de los bares de la plaza debÃan haber cogido un taxi para volver a casa. Cuando descubrió que no podÃa ser donante, investigó tanto como pudo. Muy bien. Le encantaba estar con Maksim y era genial en la cama. Lo que hacÃa que el establecimiento de un sector de la mafia rusa en la costa oeste fuera demasiado fácil. -¿Perdona? Desde el otro lado, Erik Chesnovak la observaba. En un instante, Erik estaba encima de ella, tras apartar flores y cajas de su camino. Si conseguimos llegar al club, podré echar mano de algún dinero yâ¦- se detuvo abruptamente y Ella chocó contra él. -¿Qué te he dicho? Pellizcándose el puente de la nariz, se dio cuenta de algo. Abrió la boca para gritar, pero unos labios descendieron sobre ella, disipando su miedo. Katrina se encogió de hombros. ¿Se lo estaba imaginando o le estaba dedicando un buen rato al ventilador? Erik abrió un armario y sacó la salsa y la pasta. â¿Nika?â Katrina parecÃa confusa. Una vez que empezaba a investigar, se olvidaba de todo lo demás. Y luego te llevaré a mi cama y te follaré hasta que los dos estemos tan satisfechos que no queramos movernos.â âOh,â gimió. QuerÃa decir ¿sabes que es el dueño de un club? A pesar de lo que podÃa pensar, su padre era el que llevaba el negocio. Tú me has mostrado que puedo hacer realidad mis sueños. -¿Contigo aquÃ? Ella miró a su alrededor nerviosamente. -¿Me ha estado esperando?- Ella frunció el ceño. â¡Mueve el culo al coche!â Gruñó Maksim. Conozca nuestras increíbles ofertas y promociones en millones de productos. â¿Qué demoniosâ¦?â Nika se revolvÃa en sus brazos. ParecÃa un poco nerviosa cuando la traje esta mañana, pero no he vuelto a verla en todo el dÃa. Y era todo suyo. Erik movió una mano en dirección a su coño y ella no pudo evitar mover las caderas. Y, por favor, no dejes que la chica nueva le ponga las manos encima. âEres una malcriada y ni siquiera te das cuenta.â Nika continuó, fingiendo voz de pito â¡Yupi! Empezó a imaginarse enseguida que Ivan habrÃa asesinado a los ocupantes o se habrÃa quedado con la casa como pago de una enorme deuda de juego. El joven vive … -¿Chesnovak? box-shadow: none; Cuanto mejor era el clima, más agradable era la gente, y eso era exactamente lo que Erik Chesnovak necesitaba para tener éxito. -¿SÃ?- murmuró con voz somnolienta. Tal y como habÃa sospechado, los guardas estaban muertos. â¿No quieres hacer otra cosa que no sea trabajar para tu hermano?â âSolÃa pensar en la idea de abrir un gimnasio.â â¿Un gimnasio no regentado por la mafia?â bromeó. -¿Qué haces aquÃ? -Gracias- dijo, cerrando el libro. Nika enredó las piernas en torno a su cintura atrayéndolo aún más dentro de sÃ. -Srta. No tuvo más remedio que dejar que se sentara con ella. Un poco cruel, en mi opinión. -A juzgar por las mujeres que trabajan en tu club, me cuesta creer que seas un hombre al que le vaya la abstinencia.- Sonrió seductoramente y se trasladó a su escritorio. -TranquilÃzate, Ella- dijo Erik con frialdad. Katrina movió la cabeza de un lado a otro. Erik podÃa ver cómo hervÃa de rabia. Su piel dorada brillaba por el sudor al ejercitarse. Yashin rió y asintió con la cabeza. Debe ser por eso que actúa de esa forma contigo. -Ten cuidado, hijo. -¿Pasa algo? Le dijo que no habÃa terminado con ella, pero no podÃa tomarla de nuevo. No habÃa razón para sentir inquietud respecto a su nuevo trabajo. De un brinco, se incorporó y miró el reloj. TenÃa que estar en Supermart en treinta minutos y no querÃa discutir con su madre. Aún le soreprendÃa a veces no ver al matón cuando lo miraba. Quita de en medio, Neanderthal.â Maksim no habÃa conocido en su vida a una mujer más maleducada. Antes de que pudiera decir más, el teléfono volvió a sonar. â¡Oye!â la voz de Reynolds resonó en las paredes. Erik se pasó una mano por el cabello y sacudió la cabeza. âNo te hagas la tonta conmigo,â le dijo Reynolds sentándose en la mesa. -No te olvides de quién es el jefe. Al menos, cuando dormÃa, no podÃa mentirle. No puedo estar contigo sabiendo el tipo de vida que llevas. âMe habrÃa tomado las cosas mucho más en serio si me lo hubieras dicho.â âCreo que no estoy acostumbrado a explicarme.â ParecÃa incómodo al hacer esa afirmación. -Una loca te está apuntando con una pistola ¿y tú te molestas por cómo me gano la vida?preguntó él con un resoplido. -¿Has rechazado a su hija? Su ruso no era muy bueno y le dolÃa tanto la cabeza que sentÃa ganas de vomitar. Me duele que las cosas hayan acabado asÃ. Y cuando su padre le dio una palmada en el brazo y le indicó que podrÃa encontrar sus tijeras favoritas donde las dejó, tuvo la impresión de que volvÃa a la vida insatisfactoria de antes. Ella mantuvo la boca cerrada pero no se sentó, sino que comenzó a pasear de un lado para otro. Nada de orquÃdeas ni rosas. Yashin no se arriesgará a hacer nada violento durante los horarios de apertura. También córtale la cabeza y la cola. Ustedes me garantizan un flujo constante de clientes y yo les permito disfrutar de mis mujeres por un módico precio. Ella se agachó y recogió la toalla del suelo. Mientras giraba el dial para abrirla, alguien llamó a la puerta. -Esto es lo que quiero. A veces, los muertos le atormentaban en sueños. Erik la giró con delicadeza y colocó el pulgar sobre su clÃtoris. Pensaba que iba a amenazar al ucraniano por no pagarle lo que debÃa. Luego se sumergió en su coño y sintió la cremosidad de su flujo en sus dedos. -Para estar cerrado, tienes a un montón de gente entrando y saliendo. Por suerte para él, el principal objetivo de La OrquÃdea Negra era otorgarle poder. -Estaba bien por la mañana, pero cuando vio a esa mujer en la mesa, me pidió que la sustituyera. Blanqueo mi propio dinero sucio. -Asà era, pero tú quieres cambiar las reglas, asà que voy a añadir unas cuantas sorpresas. â¿Para qué?â preguntó Nika con calma. Jadeando, dio un traspié ante el espejo e intentó despejar su mente. Ni siquiera disparando. -No, ni marido ni novio. Le pareció que pasaba una eternidad hasta que las puertas se abrieron. -SabÃa que la oferta era demasiado buena para ser verdad. -Damas- llamó en voz baja. Eso no es propio de ti. -¿Un trabajo? Vete. WebVan a conseguir que restaures la función muscular, aumentes la resistencia y la fuerza de los músculos del cuello y disminuyas el dolor: Inclina la cabeza hacia el lado derecho empujándola con la mano derecha. Y ve a ponerte los zapatos, porque no sé tú, pero yo necesito salir de aquà un rato.â *** Nika contempló con ojos como platos el interior del gimnasio. Su ruso. Maksim no habÃa querido dejar sola a Nika más tiempo del necesario, por lo que le habÃa pedido a Ivan que ordenara a sus hombres reunirse allÃ. La joven se giró lentamente, sonriendo. El crack producido, que llamamos CONEJO … Ha pasado la prueba inicial y es compatible. Era muy distinta a las mujeres que normalmente le atraÃan, quienes solÃan tener gran notoriedad y muchÃsimo dinero, asà como demasiado tiempo entre manos. Voy a tener que dejar lo del café para otro rato. Ella no pudo evitar sonreÃr. Si no les daba una respuesta pronto, tomarÃan represalias, y Erik no estaba preparado para un ataque de Yashin. HabÃa tenido dos novios con anterioridad. -No tengo hambre- dijo Ella, pero Dina entró sin escucharla. Contuvo la respiración esperándose lo peor y, al abrir la puerta, se sorprendió gratamente al ver una habitación de aspecto sereno en tonos crema y azul marino con una cómoda cama doble. Mientras Erik se dirigÃa a toda velocidad a un club en el que, por lo visto, altos funcionarios de su ciudad follaban y se drogaban para escapar de la realidad, Ella sólo podÃa concentrarse en una cosa. -Me llamo Dina. â¿Puede alguien dignarse, al menos, a llevarme de vuelta a la floristerÃa?â âDe hecho, vas a ir con Maksim.â Ivan le sonrió a Nika, pero Maksim se percató de que ella no le devolvÃa el gesto. Tampoco es para mÃ. Haz caso a tu instinto. -Hola- saludo, de forma incómoda. Ella le abofeteó con fuerza. Entra, por favor- dijo en tono suave. -Por supuesto. Dina abrió unos ojos como platos y se apartó rápidamente. -Me gustaste- dijo él, finalmente. Estaba claro que Yashin no estaba preocupado. *** -Ella, el Sr. Herman quiere hablar contigo. Mirando furtivamente a su alrededor, los seis entraron en La OrquÃdea Negra. Su presencia no tenÃa por qué ser tan complicada. El baño de Maksim⦠Su dormitorio⦠No habÃa estado nunca en esa parte de la casa. Una vez a solas, Erik se sentó y comprobó la cinta. â¡No estoy de morros!â âNena, eres la campeona de los morritos.â Maksim no podÃa ocultar su sonrisa. Solo estaban Maksim y Nika y el sonido de sus risas. Tras arrancar el vehÃculo, salió del aparcamiento intentando no hacer demasiado ruido y se dirigió al club. Por lo general, soy una persona bastante positiva, pero últimamente es un poco duro. -¿Me puedo ir? -¿Y las chicas? De repente, se escucharon unos disparos. Algunos de los nuestros han llamado para informar de actividad entre los Tretiak. TenÃa tan buen aspecto como siempre. âLeonid tenÃa una tarjeta en el bolsillo. Sólo trataba de protegerte. -SÃ. De hecho, nunca se habÃa sentido tan atractiva en su vida. â¡Oye!â gritó. Y cuándo al fin recuperó el aliento, se dejó caer sobre su pecho jadeante. Con una exhalación, se bajó de la mesa y cogió su ropa. -De acuerdo. Erik dio un salto y de una patada apartó el arma del cuerpo de la mujer antes de cogerla, junto con la que habÃa dejado caer Ella. La cuenta estaba bajo un nombre ficticio, y los Petrov pagaban la factura. Si no lo deseas, debes parar. âDe acuerdo, pero ¿no quieres venir a escoger un dormitorio?â âNo vamos a quedarnos a pasar la noche.â Nika metió los pies en la arena y se sentó. Era apuesto, pero parecÃa un poco pijo. Pensar en dejarla marchar le hizo gruñir. Furiosa, entrecerró los ojos y salió del centro apresuradamente. -Tendrás ayuda- dijo él. Aunque no te lo creas, Maksim tiene una habilidad increÃble para comunicarse.â âNo, la verdad es que no lo hubiera sospechado.â El sarcasmo de Katrina fue demasiado para Nika. Apoyando el hombro contra la máquina, Maksim respiró hondo y empujó. No hables con nadie. Katrina soltó la mano de Nika al llegar a los escalones del porche. -No me importa. Ella, vámonos. âNo me impresiona en absoluto.â âLo principal es la seguridad, no el lujo.â Maksim la dejó con cuidado en el suelo. Era una habitación diminuta donde el calor era asfixiante. Comenzó a envolverse con él las manos mientras Nika lo observaba. Yo también deberÃa ir a ver a mi amigo.- Le puso una mano en la parte baja de la espalda y la acompañó al ascensor. Ella parecÃa el tipo de mujer a la que le gustaba celebrar aniversarios todos los meses y disfrutar de románticos paseos por la playa. -No- respondió Heather con voz ronca. -Y me ha dicho que aún no has contestado a mi pregunta. -¿Quieres eso? En los viejos tiempos, habrÃa matado a los guardias, al contable y a cualquier otra persona que se hubiera atrevido a interponerse en su camino. -Leonid era mi amigo. âIoann dice que le gusta ir allà a bailar los fines de semana. -Estoy segura de que hay otras mujeres que le importan más que yo. La puerta se abrió con un crujido. ¿A qué estaba jugando Yashin? -No puedes irte sin más, Ella. -Ojalá no tuvieras que hacerlo, Ella. Aunque aparentaba una perfecta calma, Maksim sabÃa que en su interior era todo lo contrario. Poco a poco, comenzó a oscilar las caderas. Pero eres la mafia. Ella sonrió y asintió. De hecho, esos cuatro no sabÃan con quién se habÃan metido. Lo siento mucho. -Yo no tengo relaciones, Ella. Solo se llevaban dos años de diferencia y habÃan estado muy unidas desde que su madre falleció cuando eran pequeñas y jugaban en la tienda de su padre fingiendo ser floristas. Con el corazón a cien, Ella se lanzó desde la pequeña plataforma en la que estaba el poste. HabÃan pasado toda su vida con él y su familia, y sabÃan lo peligroso que podÃa llegar a ser. Se secó los ojos al notar las lágrimas acumularse en ellos. Nika recorrió su pene desde la base hasta la punta. Estaba malhumorado y somnoliento, y le esperaba el largo turno del viernes en la discoteca. âCuando volvamos a Hollywood pueden vivir cerca nuestra. WebEn un hipotético mundo en el que la clase política es potencialmente corrupta, en el que los medios de comunicación no informan, en el que los hinchas políticos se dividen en sectas, en el que el hombre no es un ser pensante, en el que el fútbol ha sustituido a Dios y los contertulios televisivos a los sacerdotes…, surgirá un asesino en serie y su lista de la … -Le clavarÃa la polla hasta el fondo. Read Anuario CSB 2022 by comunicaciones CSB on Issuu and browse thousands of other publications on our platform. Deslizando una mano por su cabello, se humedeció los labios y miró a su alrededor. Era un momento bastante incómodo. No estaba bien que se imaginara aquellas cosas. Realizó movimientos eficientes y trató de no detenerse en la tarea más tiempo del necesario. Dejaste que los demás hicieran el trabajo sucio. TenÃa que apartar a Ella de la mente y concentrarse en su trabajo. â¿El decoro? ParecÃa importante. Era bastante cómodo para ser una cárcel. No era el momento de hacer un viaje al pasado. Lentamente, Erik bajó el brazo. Maksim miró hacia abajo, impactado por la excitación que le habÃa provocado su gesto. â¿Te encuentras bien?â Le tocó el hombro con delicadeza. Llevaba los cigarrillos en una mano y el encendedor en la otra. Y si desean a más de una, estas señoritas no pondrán ningún impedimento. âHa habido un mayor número de robos en las últimas semanas y una disminución de los clientes. -Me he enterado de lo que pasó ayer. Maksim era el segundo al mando en la familia Petrov y un hombre muy importante en Hollywood, Florida, además de ser un completo capullo. Además, han sido especialmente entrenadas para satisfacer todos sus deseos. Está claro que no gana tanto en su nuevo trabajo. Tengo que salir de aquÃ. Te prometo que te gustará. -Te lo estás inventando. Ni nada ilegal. Ella se estremeció. No necesitó el audio para saber lo que decÃan sus hombres. Asegúrate de que asà sea, y no dejes que nadie se acerque a ella. Si nos ataca, no tendremos ninguna posibilidad de éxito. -Te dejé seducirme porque te deseaba, pero ambos sabemos que no me vas a dar ese dinero por tu bondad. âEs la hermana de Katrina, asà que sÃ, me importa en cierto modo.â Maksim odiaba esas tonterÃas más que cualquier otra cosa. Recelosa, tomó el cheque y le dio la vuelta. ¿Por qué me has contratado si formas parte de la jodida mafia?- gritó. Lástima que sus esfuerzos para impresionarlo fueran completamente en vano. -Lo acordamos incluso antes de que te fueras de Rusia- rugió Yashin. âSiento que he estado viviendo bajo una gran sombra toda mi vida. En el Perú, y en algunos otros países, se denomina Sacar Conejos al hecho de producir un sonido en las articulaciones, provocándolo mediante flexiones, extensiones, aducciones y abducciones, de moderada intensidad; el cual se produce generalmente en las manos, dedos y cuello. Sin embargo, la causa más frecuente del dolor de cuello es la irritación de los nervios cervicales, por lo que a raíz de eso aparece una contracción o espasmo de los músculos del cuello. -¿Qué piensas? Seguiré dirigiendo el club. No era su pequeño dormitorio con cama individual. También quiero vigilancia extra en el club. Ella dio un par de pasos en el interior y se quedó helada. ¿Es un apellido ruso? -SÃ. No existÃa Katrina, ni la familia Petrov ni ninguna razón para abandonar la ciudad. Sonrió. -Es un enorme cambio para ti. Además, no es muy ostentosa. Soy nueva. â¿PodrÃas dedicarme unos minutos de tu tiempo?â Maksim suspiró. -Ha sido una trampa desde el principio- musitó. Si quieres romanticismo, no soy el hombre adecuado. Asintiendo de nuevo, se metió en el coche. -Soy una buena persona- murmuró, mirándole con furia. âHa habido mucho trabajo estos dÃas y te he echado de menos.â Eso no era lo que Nika querÃa oÃr. Heather sonrió. Tras cerrar la puerta del vehÃculo, se apoyó en él y cerró los ojos. -SÃgame. Y tienes razón. â¡Nika Sokolov!â Un hombre de baja estatura dio un paso al frente. -SÃ.- Apretando los dientes, colgó el teléfono. Erik le informó de los cambios que querÃa en el espacio mayor. Cómo se debe hacer: Estos ejercicios se pueden hacer todos los días para aumentar la fuerza y la resistencia muscular, evitando que el dolor vuelva a aparecer, incluso en caso de artritis y de hernias discales en la región del cuello. Era tan fuerte. -Para un acaudalado empresario. Después de un rato, se sirvió otro. -Tuvo que haber pasado por algo más- le animó él, con voz suave. -No esperaba a nadie- susurró. -Lo has hecho a propósito- se quejó Ella. Ivan y Maksim necesitaban saber cuántos hombres habÃa infiltrados en el departamento de policÃa, y Denis representaba la oportunidad perfecta para conseguir esa información. Al mirar hacia abajo, vio cómo el agua besaba los dedos de sus pies. â¡Será todo culpa de la idiota de Katrina!â âVenga, cálmate,â le dijo Maksim a regañadientes. -Jefe.- La puerta se abrió y Matvei asomó la cabeza. âCuando las cosas se arreglen, tal vez podamos elegir otro camino.â Ella negó con la cabeza, disgustada. -Tendré que empezar a aprender ruso- dijo Ella con una sonrisa. Nika estaba increÃblemente suave. Sólo unas horas antes habÃa hecho el amor con aquel hombre. Tengo a algunos hombres probando y re-empaquetando. Tienes un acento muy marcado, pero tu inglés es perfecto. -Siempre estás rodeado de mujeres hermosas y ¿te fijas en ella? Sintió que le fallaban los huesos. ¿O se ha convencido de ello durante todos estos años?â Denis parecÃa confuso. ! -¿Para qué?- Los dedos de Erik se clavaron en su piel, y sus ojos nunca abandonaron los de ella. -¿Cómo lo sabes? Cuando no escuchó nada, giró el pomo y abrió la puerta. Al llegar arriba, salieron a una pasarela por encima de la pista de baile. â¿Es lo que crees que necesitas?â â¿No es obvio?â Volvió la cabeza, mirándola por encima del hombro. A la mierda. No recordaba exactamente el aspecto del lugar, solo que habÃa sido una auténtica ganga. Se le rompió el labio inferior y el gusto a sangre invadió su boca. Maksim se abrazó aún más a ella. -Ofrecer la mano de tu hija está considerado como una costumbre bárbara. -¿No, no me vas a dar una respuesta o no, no me vas a dejar matar a tu nuevo juguetito sexual? Iba a salir de esta, incluso si tenÃa que tirar aquel lugar ladrillo a ladrillo. Te pido disculpas si sueno un poco nerviosa. -Sr. Chesnovak, qué sorpresa más agradable- dijo una atractiva rubia que se acercó contoneándose. No tenemos esa suerte. âCome tu maldito almuerzo. -SÃ, jefe. Los ricos caminaban acompañados de guardaespaldas y perros de bolsillo. -No hay problema- dijo Jimmy.- Lo puedo hacer en seis semanas. Siete pasos más. Te sacaré de aquà con vida. No eres muy buena disparando. Sin que notaran su presencia, Erik observó desde el umbral cómo uno de sus guardas se aproximaba a ella. Has hecho todo lo posible para que esté segura, pero tienes que pensar en ti mismo. -Claro. Ella no dijo nada de camino a su coche. -Qué descaro- musitó, abriendo la puerta de golpe. El corazón de la vida nocturna de Boston tenÃa su propio latido. -¿Has venido a visitar a alguien? -¿Dónde demonios estás viviendo? Nos vemos en un rato.â Yuri parecÃa sorprendido, pero asintió rápidamente y salió corriendo como si hubieran atrasado su ejecución. Esparcidas sobre la cama, habÃa al menos seis docenas de rosas rojas y varias cajas de bombones. Y, sobre todo, mantén a mi gente a salvo. -¿Ella?- dijo Heather con voz cansada. â¿Qué vas a hacer?â preguntó Ivan. ¿Qué demonios le pasaba? Retira las patas frontales cortando justo debajo de los omóplatos del conejo. Salud, Nutrición y Bienestar En un lenguaje sencillo y accesible. Era una estupidez. Ella, no te contraté como juguete sexual. No me puedo decidir entre el alto y rubio y el bajito y musculoso. No tenÃa sensación de peligro. Tras pulsar el botón con furia, apoyó una mano en la pared y esperó. Ha sido toda una aventura.â Su mirada cómplice estuvo a punto de hacerla sonrojarse. Buscar otro trabajo en una empresa llevaba tiempo. Nada más llegar al dormitorio de Erik, le sonó el móvil. Zoya, Nestor y Oleg han estado con él desde que tengo memoria. A Ella no le importó. -TenÃa que intentarlo.- Levantó una mano y le colocó un mechón de pelo detrás de la oreja. Ãl la sujetó con más fuerza, apoyando la barbilla en su cabeza para que no se moviera. âNo tengo mucho tiempo para el amor.â Se preguntó cómo podrÃa hacerse entender. Pensaba en el trabajo que me gustarÃa hacer o si podrÃa ganar dinero haciendo otra cosa. Era vital aparentar normalidad, y eso significaba que Maksim debÃa demostrar que no habÃa trato de favor hacia los Sokolov. â¡Papá!â Empujó la puerta trasera y entró corriendo. Quiero que lo envÃen a Rusia para que su familia pueda despedirse de él. Hoy me gustarÃa que limpiaras los dormitorios de la segunda planta. Sólo porque tiene una cara bonita no significa que puedas confiar en ella- protestó. -Dime qué has averiguado.Danil depositó el portátil sobre la mesa y lo giró para que lo viera su jefe. Su voz era áspera y ronca por el esfuerzo que hacÃa para controlarse a sà mismo. Vamos a abrir un pequeño local dedicado a educar sobre la fauna local, y me gustarÃa que me ayudaras a dirigirlo. â¿Por qué?â âHazlo, por favor.â Emitió un gruñido que no sonó cooperativo en absoluto, pero se sacó la camiseta por la cabeza. Parece ser que tras abandonar los estudios, él ya no tenÃa tiempo para ella. -Lo que quiero decir es que no hace tanto tiempo que le conozco. Conteniendo un improperio, se apresuró escaleras abajo y agarró las llaves de la encimera. Matvei asintió con solemnidad. -Asegúrate de saber en qué te estás metiendo. Su madre rió, e inmediatamente comenzó a toser. -Estás comiendo una bolsa de patatas grasientas en medio de la cama. â¿Cómo te va con Nika Sokolov?â La sonrisa de Mikhail sugerÃa que no veÃa probable que las cosas fueran bien entre ellos. Hazme saber cualquier cambio que crees que vamos a necesitar. Era el prototipo de empollón. -Tenemos que ir al club. Trataba de complacer a los demás y siempre parecÃa encontrar su lugar en el mundo.â âY Nika nunca encajó en tu molde,â dijo Maksim con frialdad. Aquellas palabras con acento ruso iban claramente dirigidas a ella. -Sólo querÃa evitar que te quemaras. -Aún no he terminado. Cualquiera que lo viera pensarÃa que estaba tan frustrado con la floristerÃa como lo habÃa estado durante los últimos cinco o seis años. -Muy perspicaz- dijo Erik. Ella le creyó, y su cuerpo la traicionó. Avergonzada, Ella se sonrojó mientras se despojaba lentamente de su blusa. HabÃa una criada desarmada en la casa. Era el tipo de hombre que tenÃa un control completo de su cuerpo y emociones. Ella se enderezó en medio de su tarea y le sonrió afablemente. Erik tiró suavemente de Ella y la dejaron llorando en el suelo. Era cierto. -A Valeria. -Acabamos de llegar.- Un hombre mayor se acercó a ellos y les tendió la mano. âMaksim y yo hemos ideado un plan para manteneros a salvo a las dos.â Maksim hizo una mueca. A veces, fingir su mal carácter era agotador. Veinte y cinco años y con un expediente académico extraordinario. âComo no me bajes, voy a vomitar sobre tu espalda.â El sonido que emitió Maksim mostraba claramente lo enfadado que estaba. Erik la soltó y Ella asintió con la cabeza. -No puedo evitarlo. Su cuerpo era suyo, y él usó la otra mano para sujetarla. Nika se mofaba de su hermana por tratar de jugar a las casitas con el jefe de la familia Petrov. Heather volvió la cabeza lentamente y sonrió. Davis, pero le acabo de administrar su medicación para el dolor. Los guardas armados no significaban nada, y habÃa mucha gente rica con personal interno. Menudo garito tienes. Ocho y ocho, dieciséis. Nika estaba dispuesta a hacerle entrar en razón, aunque fuera a golpes. Tras abrir la puerta de la minúscula oficina, volvió a agarrar su mano y la condujo hasta unos coches aparcados fuera. La noche anterior habÃa relevado al guarda de sus funciones. Lo peor era que no paraba de pensar en pavonearse ante ella una y otra vez. Inhalando bruscamente, abrió la puerta y la cerró tras ella. -Por la puerta de atrás, Sr. Chesnovak. La dejó caer sobre el colchón, y ella se tumbó de espaldas. La paramédico asintió con la cabeza. Necesito refuerzos.- Erik miró con cautela por la ventana. Tras cerrar la puerta de golpe, se apoyó contra ella y cerró los ojos. -¿Quieres tener hijos? Pero siempre pone los negocios por delante. Katrina era ajena a esa vida cuando regresó a casa hacÃa seis meses. No querÃa ser ese hombre nunca más ni volver a ver el miedo en los ojos de Nika. Erik aparcó en una rotonda pavimentada y arrojó sus llaves al hombre que esperaba en las escaleras. Pequeño. A pesar de la diferencia de rango, a veces Dina se tomaba demasiadas libertades. Pero Katrina se marchó a una escuela privada exclusiva y Nika se quedó en la pública. Si se casaba con Valeria, su negocio se expandirÃa por dos estados, pero también tendrÃa que compartir sus ganancias con Yashin. -¿Sr. HabÃa recuperado la conciencia, pero parecÃa mareado. -Quiero verla- dijo de repente Valeria. No habÃa hablado mucho desde que dejaron el club, y él tampoco estaba seguro de qué decir. Cuéntame algo. Ivan estaba investigando en la retaguardia al departamento de policÃa de Hollywood con el fin de detectar si habÃa miembros de la mafia rusa en sus filas. Para cualquier transeúnte, parecÃan una pareja de amantes. En la citada red social, el periodista compartió el caso de su hijo Vasco, quien por «sacarse conejos» (tronar sus articulaciones) se lesionó los ligamentos. -Quiero que me escuches, cariño. -Pensé que al haber huido, tu madre podrÃa sentirse sola. GARCÃA. Jamás se habÃa escabullido de una cama, pero no iba a poder soportar ver la expresión de los ojos de Ella cuando despertara. HabÃa lujuria en sus ojos, y podrÃa haberse inclinado hacia ella y probarla. De hecho, se estaba mareando un poco. Para su seguridad, además de la suya. ¿Quieres saber la diferencia entre tú y yo? Y también lo era que ella le correspondiese. ¿Por qué me contrataste exactamente? Ella asintió, pero su mirada estaba fija en Erik, que se acercaba a ella. -Ella. Un milagro. â¿Y si huyes?â âYo noââhubo una pausaââespera, ¿cómo? Le encantaba la anticipación. -Ya estás demasiado delgada. Por su madre. Era tan extraño pensar que habÃa pasado años de su vida haciendo precisamente aquello. -¿Qué más puedo hacer por ti? Para ser justos, habÃa intentado ayudarla con el trabajo y, como un idiota, aceptó. En su rostro no habÃa ni rastro de maquillaje y tenÃa unas enormes ojeras. No habÃa nada más atractivo que su aspecto en ese momento. Apenas está establecido. Menos mal que sólo habÃa sido eso y no se habÃan formado arcos eléctricos, si no podrÃa haberse producido una explosión. Es muy inusual que alguien se ofrezca para este tipo de trasplantes. Ocúpate de tus cosas y no le digas a nadie que hemos tenido esta conversación. Ya hemos recibido una solicitud de un campamento de verano para traer a sus niños. Sólo con pensar en ella se le endurecÃa la polla. Nunca se le pasaba nada. Yashin le esperaba con los brazos abiertos en el rellano de una gran escalinata. Es leal a Ivan y él protege a la gente de su territorio.â â¿Por qué vinieron esos policÃas?â Nika se preguntaba hasta dónde sabÃa su hermana. Nika siempre se preguntaba qué clase de tatuaje llevarÃa un hombre como Maksim. Siempre fue leal al Sr. Chesnovak, y si los otros hombres se pasaban conmigo, él siempre intervenÃa. -Espero que hayáis terminado de hablar, chicos, - les interrumpió una seductora voz femenina. Se encargan del mantenimiento y el césped. Ãl sonrió. Debes hacer mi cuarto todos los dÃas. -De asistente ejecutivomintió. Davis. La dirección estaba junto al mar. ¿En qué se habÃa convertido? Ãl la levantó sin esfuerzo y la besó con pasión. Luego lamió la abertura hasta que gimió y se retorció en la cama. He estado leyendo unos cuantos libros sobre eso. Nika Sokolov era tan sólo la hermana insignificante de la reina de los Petrov. Ladeó la cabeza y agitó el arma. Ãl no me dijo nada mientras atravesaban el recibidor. Al menos uno de los propietarios cree que los hombres de los Tretiak están ahuyentando a la clientela.â âQuiero que vayáis allà los cuatro esta noche y lo comprobéis,â ordenó Maksim. La puerta se abrió y entró su padre. Además del bar ya mencionado, habÃa una cama matrimonial con sábanas en tonos grises y azules, una mesita de noche, una televisión grande, un aparador negro, y un enorme vestidor. No le importaban el tiempo empleado, la distancia o el número de calorÃas quemadas. SabÃa leer el deseo en una mujer, y Ella parecÃa estar hambrienta. -¿Ella?- La enfermera frunció el ceño. El portero me ha dicho que podÃa subir. Pistolas y secuestros y clubes de striptease y la mafia. HabÃa visto a los Petrov extorsionar a la gente en su territorio y usar el dinero para disfrutar de un estilo de vida por el que Nika habrÃa matado. DeberÃa ser responsable de sus propios actos. Lo suficiente para un escritorio y un par de sillas para recibir clientes. Durante un momento, se quedó inmóvil mirando a través de la puerta de cristal. Todas con generosas curvas y facultades que harÃan implorar misericordia a cualquier hombre. âMe alegro de tenerte aquÃ.â Maksim sonrió, pero era una sonrisa falsa. Era hora de que alguien le metiera una bala en el cerebro. No querÃa que hiciese amistad con ellos. â¡Maksim!â Su voz estuvo a punto de hacerle perder la razón. -¿Cuánto falta para la operación? No pasa nada.- Le dedicó una hermosa sonrisa. -Pero no sé cómo ser diferente. No hay más que cosas viejas y cutres- murmuró Ella. Erik pasarÃa las próximas veinticuatro horas en Las Vegas y luego regresarÃa a casa y encontrarÃa la manera de salir del agujero en el que se acababa de meter. Escúchame- dijo Dina en tono suave. Aquella fricción nueva era increÃble y volvió a levantarse, dejándose caer de nuevo sobre él. Una discreta tos le recordó que no estaba sola en la trastienda. Danil le habÃa informado de lo que habÃa ocurrido el dÃa anterior en el patio, y ahora que sus hombres sabÃan que estaba allÃ, algunos se acercaban para verla. Muévete- ordenó, agarrando su mano. âY no vuelvas.â El instinto de Maksim le advertÃa que no entrara en la habitación. El hombre sonrió. Lo contempló durante un minuto. Esa es tu especialidad, no la mÃa. Di una palabra y nunca volveré a tocarte. -Siempre que te ocupes de tus propios asuntos, no tienes nada de qué preocuparte. ¿Cómo te encuentras hoy? -¿Qué intentas hacerme, mujer? Valeria te esperará.- El anciano colgó y Erik sonrió. Voy a llamar a mi padre. Otro ruso. Cruzando el cuarto sin hacer ruido, Ella cogió sus zapatos y salió de la habitación. Información útil sobre medicamentos, enfermedades, exámenes y tratamientos de la medicina tradicional y alternativa. Valeria Yashin. La nueva criada. *:focus { Davis! Invirtieron el poco dinero que habÃa conseguido Maksim en un gimnasio. Volvió su atención al cuello de Nika, chupando suavemente su piel hasta que se retorció. El Sr. Chesnovak me ha amenazado con enviarme de regreso a Rusia si no dejo de escabullirme para tomar el sol. Por favor, no diga nada a la señora Davis. -Pero no me importa.- Inclinándose, la besó con pasión. Erik notó que el saludo duraba más de lo normal. No ganaba nada creyendo que no volverÃan a hacerlo solo por decirles lo que querÃan oÃr. Me gustarÃa poder contar con su ayuda. Trató de pasar junto a Dina, pero la chica rusa la agarró del brazo. Su repentina pregunta lo trajo de vuelta al presente, y parpadeó. -Si sólo has venido para seducirme, ya te puedes ir. Los dejó caer hasta el suelo junto con sus calzoncillos bóxer, quedando ambos desnudos en su dormitorio. El primer dÃa de su nuevo trabajo. -QuerÃas que esa mujer me viera. âUna tienda junto al océano. -Hay algo que quiero de ti.- dijo con voz frÃa, y Ella tragó saliva. Trazó las costillas del lado derecho mientras lo rodeaba para inspeccionar su espalda. Y ¿por qué no? Grande. Quizás Zoya envenenaba la comida de la gente. â¿Por qué te enfadas tanto por una nimiedad como esta?â â¿Vas a dejar que una panda de policÃas corruptos amedrente a tu futuro suegro y te parece que exagero?â Maksim se frotó la cabeza, frustrado sin saber por qué. Ella profirió un chillido al ver al mismÃsimo diablo saliendo del cuarto de baño. No solo no estaba esperándolo en la puerta, sino que no la vio por ninguna parte al entrar. Acoger a una vagabunda no es bueno para tu reputación. Por favor. Si no estás a tiempo, te quedas sin comer. Es escantadora.â âAhora sabemos que estás mintiendo,â dijo Josef con una sonrisa. Lo sentimos. Su miembro estaba tan duro que sentÃa como si la piel fuera a abrirse. Si seguÃa a aquel ritmo, iba a necesitar más mujeres. PodÃa ver bajo la máscara que se habÃa visto obligado a llevar durante tanto tiempo, aunque frunciera el ceño y su expresión fuera temible. Abrió la puerta y entró. -No te va a matar porque hagas mal tu trabajo- afirmó Dina en tono seco. HabÃa descubierto que el contacto visual la volvÃa más agresiva. Poco a poco, sus ojos se acostumbraron a la oscuridad. Debes abrir los lados del esternón para tomar la tráquea del conejo desde la parte inferior de su cuello y extraerla. âMaksim,â jadeó. -Me voy a la cama. -Estoy sólo. Una vez allÃ, se desahogó. -No- Ella sacudió la cabeza. La habÃa visto a esa misma hora el dÃa anterior, y le daba la impresión de que era una mujer de costumbres. -Tu padre está de acuerdo en que establecer mi negocio es más importante. Deseaba tanto darle placer. Necesitaba el dinero. Era alguien que le importaba. Cerrando los ojos, trató de sacarse aquel pensamiento de la cabeza. HabÃa un cuenco medio lleno de helado de Rocky Road sobre la mesa. -Me llamo Ella. âSiempre he querido hacer esto,â admitió. No estaba casado. -Calma- murmuró Erik.- Guarda silencio. -De acuerdo- dijo con un tono suave. TenÃa unos negocios que atender, y ahora podrÃa empezar temprano. No te lo he dicho. Una sonrisa cruzó los labios de Maksim al recordar a Nika Sokolov recogiendo todo lo que encontraba a su paso por la tienda y arrojándolo en su dirección como si fuera un lanzador de cuchillos. El apellido Chesnovak es muy conocido en Moscú, por lo que estoy convencido de que ya sabe que en mi bar fluye libremente algo más que alcohol. Este tipo de pomadas están especialmente indicadas para combatir la tortícolis. âTanto la lÃnea de costa como la calle Charlie se mantienen estables. Más relajada, Ella bajo los brazos. ¿Crees que me he puesto dramático?â âMaksim, cálmate.â â¡Y un cuerno!â gritó. Ella siguió su mirada y sintió cómo se le aceleraba el corazón. -Erik- murmuró ella. Erik percibió el miedo en su voz y asintió. â¿Qué estás haciendo?â ParecÃa inseguro. El helicóptero los habÃa llevado al aeropuerto de Ft. Lauderdale, y desde allà habÃan tomado un avión a Boston. Algo era algo, ¿no? Quiero verificarlo antes de tomar medidas. -Lo siento. âMe gustarÃa tener un nieto un dÃa de estos.â ¡Puaj! Nunca lo he visto con huevos fritos.Tomó un bocado y asintió con la cabeza. Herman? Por un año. -Esto no va a quedar asÃ- susurró Valeria, sujetándose el hombro con una mano. Sólo quiero los documentos de nóminas de los Tretiak.â â¿Tienes idea de lo que me harán esos cabrones locos si te los doy?â La voz subió dos octavas solo de pensar en la represalia. Su pulgar se deslizó por su clÃtoris y Ella se quedó sin aliento. El agua estaba helada, y se inclinó para apagarla. Quiero que limpies los zócalos, las ventanas y los estantes. âDame cinco minutos y lo tendrás para ti sola.â Nika esperó a que saliera de su dormitorio y se levantó de la cama de un salto. -Hola. Detrás de su escritorio habÃa una escalera que conducÃa al segundo piso. ParecÃa una casa común y corriente. âEs el mejor momento para aprender.â âIba a sugerir que bailáramos un poco más.â Ahogó un bostezo con la mano. Aunque denunció a la empresa por despido improcedente, le iba a costar meses y dinero que no tenÃa. Erik la miró con cautela. En cuestión de minutos, Ella comenzó a temblar y a gritar mientras sus músculos se contraÃan sobre su polla con la llegada de su orgasmo. Av. PodÃa oler su excitación. TenÃa mucha razón cuando me sugirió que te contratara. Estrecha, húmeda y cálida. Ãl creÃa que era una chica fácil, y ella no habÃa hecho nada para disuadirlo. -¿Estás bien?- le susurró. Necesitaba sentirlo dentro, y nada más parecÃa importar. Tras apagar el fuego, Ella hizo todo lo que pudo para escurrir la pasta sin un colador. -Ven aquÃ, cariño.- Colocó un brazo alrededor de su cintura y la guió a la ventana. -Muy bien. Era obvio que aquel hombrecillo era el propietario del gimnasio. Tras quitarse las bermudas, cerró los ojos y contó hasta diez. ¿Cómo podÃa decir esas cosas? Muéstrate o pondré una bala en la cabeza de tu amante.- El viejo la apuntó con la pistola y Ella se quedó sin aliento. Notaba humedad entre las piernas sólo de pensar en él y no lo soportaba. Que sea un criminal no significa que no pueda hacer cosas buenas- dijo, mirando en el espejo retrovisor. -Por favor, no te disculpes. Y, ¿cómo podÃa un hombre oler tan bien? ¡Me corro!â Sus palabras lo llevaron al lÃmite. Su bufido lleno de sorna habrÃa llenado de orgullo a cualquier perra sarcástica. â¿Por qué?â preguntó cuando estuvo lo bastante cerca como para oÃrla. Exhaló un suspiro entrecortado. Es tranquila y tenemos varios negocios en la zona con gente leal a los Petrov. Siete pasos más. Dejó de llorar. Este artículo ha sido visto 21 890 veces. -¿Me vas a pagar cuatrocientos mil dólares por limpiar tu casa durante un año? âTengo que ir a reunirme con varias personas. -¿Qué demonios estoy haciendo?- susurró. âEso no lo sabes,â insistió. Apartando aquella loca fantasÃa de su mente, sacudió la cabeza. â¡Hola!â dijo Nika animada. Erik asintió. Tras asomarse de nuevo a la ventana, llamó a Matvei. -Si me permites la pregunta, jefe, ¿qué interés tienes en esta mujer? Se mareó al sentir cómo corrÃa la sangre por sus venas y notó una sensación cosquilleante en la base de su pene, pues estaba a punto de eyacular. Llevaba el pelo recogido en un moño, y parecÃa que no le quedaba energÃa. -SÃ. âTengo que ir al servicio. -Chesnovak, me parece que no has sido honesto en cuanto al tiempo que ibas a tardar en llegar. -De acuerdo. Ahora tráeme a Nika Sokolov enseguida o meteré fuego al documento y a este maldito lugar.â Maksim tenÃa toda la atención de Buchanan. -Vaya. HabÃa un montón de cristales, pero creo que no me he cortado.